Linda Salamanca Vottela
Nació en Bogotá, el 06 de mayo de 1983.
De ascendencia libanesa, alemana y boyacense, fue criada por su abuela materna Inocencia Escaff quien le inculcaría el amor por el aprendizaje y las letras, al igual que su abuela paterna Sara Solano y su tía Alexandra Salamanca. Estudiante de piano desde los cinco años, labor impuesta por su madre de crianza quien le obligaba dos horas diarias de práctica, prefiriendo la alumna dedicarse a leer, escribir cuentos y aprender trabalenguas. Modelo profesional de la Escuela de Helida Pacheco, actividad a la que se dedicaría por algunos años.
Bachiller graduada por el Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior, debido a su pronto retiro de las aulas estudiantiles, pero gran conocimiento de los temas allí tratados; ingresó a estudiar pedagogía infantil y
a trabajar como maestra en el Liceo la Real Enseñanza a la edad de 18 años.
Radicada en la ciudad de Santa Marta y dedicada a la creación manual y artesanal, inició la fundación Vivir el Arte, institución promotora del Festival artístico y cultural Playarte. Regreso a Bogotá con la intención de estudiar derecho en la Universidad Nacional de Colombia, tarea que pudo llevar a cabo gracias al apoyo del gran historiador, periodista y amigo Fabio Roca Vidales; y de su compañero de vida Carlos Niño Serna. Aunando a la práctica jurídica realizó estudios en antropología.
Introducida en el mundo de la poesía por su tío Thilo Votteler y la poetisa Beatriz Serna, actualmente vive rodeada de amor junto a sus hijas, impulso de vida y orgullo Daniela y Catalina.
En el desarrollo de su vida profesional ha gerenciado diferentes empresas dedicadas a la asesoría de la comunidad en el ejercicio de sus deberes y derechos, se desempeña como conciliadora en derecho, Juez de Paz y Auxiliar de la Justicia en la ciudad de Bogotá.
Pseudónimos: Lisa Vottela; Benjamín de la Rosa.
Publicaciones: Raíces, El hada de fuego y la llave de aviraz, La paz eterna en la tierra y en elaboración 33 relatos de locura transversal y Sangre de Poeta; Editora del periódico Alianza PH, la cartilla Ius Populi y la revista Yo, Tú y Él con justicia comunitaria.
Distinciones: Reconocimiento de la editorial Norma por su destacada participación en la muestra artística nacional; Reconocimiento de la Universidad Nacional de Colombia por la presentación en el IV foro de conciliación 30 años del movimiento masc en el mundo – resultados de las perspectivas de los métodos de resolución de conflictos en Bogotá; Presidente del Centro Poético Colombiano, miembro del Círculo Literario de Bogotá.
Poemas - Linda Salamanca Vottela
A Bogotá - La muy noble y muy leal
Los muiscas surgieron de la cuna chibcha
cuando gobernaba el Zipa Saguanmachica;
los Uzaques, Guechas y demás nativos
acataban la ley que Nemequene gestó.
Cinco pueblos anidaban productivos
Hunza, Sugamuxi,Tundama, Guanetá,
más el imponente, recio y valeroso Bacatá.
Así principia esta aventura bautizada Bogotá.
Papa, yuca, quinua, maíz,
coca, algodón, fique;
es esta tierra su matriz.
Quesada llegó persiguiendo un rastro de sal,
advirtiendo para el caserío de Teusaquillo el final;
presurosamente el nombre renovó a Quevedo,
el nuevo credo fluyó por el riachuelo Vicachá,
y San Francisco adoptó sus aguas sin miedo.
Aún el cabildo de Santa Fe relee las actas,
las provincias se alzan ante la real audiencia,
y por el empedrado deambula su eminencia.
La Catedral, Veracruz, Carmen,
Concepción, Santo Domingo,
en el nombre del Padre, amén.
Era el panóptico donde se atrapaba la rebeldía
y las calles barrían los rebeldes a ojo de policía;
desde el Cementerio Central la muerte se escapaba,
se le vio en el puente San Miguel vestida de mujer,
riendo porque en el Observatorio a Dios se rechazaba;
Humboldt el suelo bogotano pisó con admiración,
mezclado entre el parloteo diurno de la calle real,
con un castellano de oro compró el prejuicio trivial.
Las Nieves, Aguas, Cruces,
Santa Barbara, Egipto;
muchas casas, portones y luces.
Durante el aturdimiento se enfrentaron en San Victorino
los que murieron defendiendo a Baraya y a Nariño;
en la Huerta de Jaime, el Pacificador instauró el terror
ignorando el estruendoso eco del grito de libertad,
inspirador de la espada que se blande sin temor.
“Dulce y decoroso es por la patria morir”, fue la lección;
el obelisco se alzó sobre la sangre del mártir audaz
y en la recoleta de San Diego dormita en santa paz.
El Mono de la Pila, La Rebeca,
el reloj francés M. Antoine;
saben las hazañas del que peca.
El incendio Arrubla destruyó el archivo municipal
dejando sin raíces ciertas el patrimonio cultural;
la mestiza ciudad de Quesada comenzó a crecer;
Kopp trajo la cerveza desde la Europa civilizada
condenando la chicha porque hacía embrutecer;
el salto Tequendama se convirtió en hotel de lujo,
sin dejar de lado la elegancia de Regina y Granada,
el capitolio, palacio de Liévano y justicia valuada.
La plaza de toros Santamaría,
El Coliseo, Colón, Faenza;
teatro, música y poesía.
La Universidad Nacional nos heredó al Caudillo,
la marcha del silencio y el discurso del altillo;
el 9 de abril es una fecha para nunca olvidar,
llamas rojas y azules consumieron al pueblo,
tantos muertos aún no se acaban de enterrar.
Bogotá la ciudad que amanece entre la lluvia,
amalgamada en el abrazo del sol del mediodía,
en tu suelo nací, crecí, vivo y por ti moriría.
Migrantes cercanos y de otros toldos,
puesta la mesa y abierto el portón,
bienvenidos, es la ciudad de todos.
Margarita la roja
Errante deambulas por las calles de la nostalgia,
espectro escarlata, habitante eterna de la Candelaria;
insignia irascible y pasional de la demagogia,
en las esquinas aún se escucha el eco de tu oratoria.
De la catedral al cementerio las iglesias recorrías,
entre rosarios y plegarias tu fe imbatible estuvo presente;
recuerdo del pasado aún viviente en las memorias,
guardado como un tesoro del ayer entre la gente.
Claveles rojos adornaban tu hálito,
descalza lanzando tu grito de batalla:
¡Que viva el partido liberal, liberalito!
Que viva el colosal espíritu de la muralla.
Aquel que dijo que habitante eras
del parco y misterioso reino de la locura,
¿cómo lo supo?, si entre sombras y letras
no se puede identificar realmente la cordura.
Amiga fuiste de personajes importantes,
al igual que de vagos, prostitutas y ladrones;
tú sabías que aquí todos somos visitantes,
y lo que se tiene en cuenta son las acciones.
Hay quienes vestidos de arco iris viven con dolor,
es por eso que admiro a quienes capaces son
de acicalarse intrépidamente con un solo color,
y gritar al mundo lo que sienten en el corazón.
Magia en el tintero
Emotiva pluma de danza serena
que dejas tus huellas sobre el papel,
has trazado con precisión la silueta de la sabiduría,
has descrito con sensatez la locura
y has puesto de manifiesto la perversión;
tú que conoces todas las palabras,
esas que pronunciadas arrullan el viento,
déjame abrazarte con mi mano
y junto a tu experiencia
haremos crepitar el amor.